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El nuevo Reglamento europeo de envases y residuos de envases, aprobado recientemente en el Parlamento Europeo y una vez que el Consejo de la UE lo ratifique oficialmente, será de obligado cumplimiento por parte de los Estados Miembros. Su entrada en vigor conllevará ajustes en el Real Decreto 1055/2022 de Envases y Residuos de envase, e introducirá en algunos casos medidas más restrictivas a la vez que extenderá los plazos en algunas de ellas hasta 2040. 

César Aliaga, responsable de la Unidad de Envases y Economía Circular de ITENE, explicó en Hispack las novedades de este nuevo reglamento. En paralelo, la industria del sector del envase y el embalaje está trabajando para adoptar estos cambios y como muestra, la feria barcelonesa contó con la participación de varias empresas que pusieron sobre la mesa sus estrategias para hacer frente a estos retos legislativos enfocados a la mejorar la sostenibilidad.

El nuevo reglamento, a examen

  • Los objetivos de este reglamento son similares a los del Real Decreto pero con matices. Por lo tanto, hay que tener en cuenta que la legislación española de hace dos años estará supeditada a lo que dice el reglamento.
  • El propósito del reglamento es el de reducir el impacto de los envases en el medio ambiente y los capítulos más importantes son las definiciones, la libre circulación y cinco ejes, que son los mismos del Real Decreto: prevención, reutilización, reciclabilidad, compostabilidad y contenido en reciclado.

Libre circulación

El nuevo reglamento afirma que los Estados Miembros no prohibirán, restringirán u obstaculizarán la comercialización de envases que cumplan con los requisitos de este reglamento. Ante esta situación, ¿qué ocurre si un estado restringe algo que el reglamento no prohíbe? A priori no es posible, porque iría en contra del reglamento. Ahora bien, dificultar, poner un impuesto y grabar, por ejemplo, ya no sería prohibir como tal. Entonces en esta escala de grises se podrán ver movimientos legales.

Reducción

Ante este escenario, habrá muchos aspectos legales que habrá que revisar. Por ejemplo, la reducción. En relación a la reducción en 2030 cada unidad de envase tendrá que reducirse al mínimo. Es decir, al mínimo necesario para que cumpla su función y habrá que demostrarlo, justificando que realmente se está utilizando la mínima cantidad necesaria de envase.

No se comercializarán envases con doble pared, fondos falsos o capas innecesarias. Y también se reducirá al mínimo necesario el espacio vacío, que sobre todo afecta a envases de venta, envases agrupados y envases de transporte.

También se mencionan los PFAS (sustancias per- y polifluoroalquiladas), un tema que está en primera línea. Concretamente aquí se habla de restricción para envase alimentario y es 25 ppm para PFAS concretos, excluyendo los poliméricos, 50 ppm para concretos, tanto los no poliméricos como los poliméricos, y la suma de todos, 250. Pero habrá que ver cómo queda finalmente, porque hay legislación que lo está prohibiendo al 100% en cualquier aplicación de envase para 2026 y aquí el nuevo reglamento es menos restrictivo que otros documentos.

También se dice que los Estados Miembros deberán reducir los envases generados per cápita, en esos porcentajes. Por tanto, cada Estado miembro probablemente legislará para poder llegar a sus objetivos.

Reutilización

El envase debe ser diseñado para ser reutilizado o rellenado en múltiples ocasiones, con el mayor número posible de viajes o rotaciones. También para poderse vaciar o descargar, así como con la posibilidad de ser reacondicionado. El reglamento ha marcado objetivos concretos para bebidas alcohólicas y no alcohólicas, para envases terciarios y para cajas de agrupación, y se excluyen las cajas de cartón.

Los envases de transporte entre sedes deberán ser reutilizables. Aquí se habla de envase industrial entre plantas productivas o también para transportar productos entre varios agentes del mismo país.

Reciclabilidad

En este sentido, el caso de España es más sencillo: en 2030 todo tendrá que ser reciclable.

Lo más destacado es que en 2030 todo tendrá que ser reciclable por diseño y en 2035 reciclable a gran escala. ¿Y qué es reciclable por diseño? Básicamente es que el diseño del envase y sus componentes garanticen su reciclabilidad con procesos de recogida, clasificación y reciclado comprobados en un entorno operativo. Para poder evaluar si un envase es reciclable por diseño o no habrá unas guías que se publicarán en 2028.

En 2038, todo lo que esté por debajo del 80% no se podrá comercializar. Hay algunas excepciones ya que no todos los envases tendrán que ser reciclables: envase primario y embalaje exterior de medicamentos que preserven la calidad, alimentación infantil, mercancías peligrosas y también queda excluido de momento la madera ligera, corcho, tejido, caucho, cerámica, porcelana y cera. Los envases minoritarios también estarán excluidos.

Un último punto importante son los envases innovadores, que estarán exentos durante 5 años. Es decir, si una empresa fabrica un envase con un nuevo material y demuestra que es un envase innovador y que tiene una funcionalidad diferente, durante 5 años estará exento de ser reciclable.

Reciclado

El contenido mínimo de material reciclado post consumo será el siguiente:

  • Envases de PET sensibles al contacto: 30% mínimo en 2030 y 50% mínimo en 2040.
  • Envases diferentes al PET, también de contacto: 10% en 2030 y 25% en 2040
  • Botellas de plástico de bebidas de un solo uso: 30% en 2030 y 65% en 2040
  • Envases de plástico diferentes: 35% en 2030 y 65% en 2040

También hay excepciones: envase primario y embalaje exterior de medicamentos, plástico compostable, mercancías peligrosas, envase de mercancías peligrosa, alimentación infantil y materia prima.

 

Compostabilidad

Hay una obligación de aquí a tres años para que sean compostables obligatoriamente las bolsas de té, cápsulas de café de filtro desechada, etiquetas adheridas a las frutas y hortalizas y bolsas de plástico muy ligeras. El Estado miembro tiene la posibilidad de ampliar esta lista.

Las empresas explican su experiencia

Moderada por el director de Transferencia Tecnológica y Mercado de ITENE, Carlos Monerris, la mesa redonda “Avances hacia la publicación del Reglamento Europeo de Envases y Residuos de Envases. Estrategias para el 2025-2030-2035-2040” contó con la participación de Alberto Lozano, Senior Procurement Manager – Packaging Containers de Suntory Global Spirits, Alejandra Navarro, Sustainability Packaging Manager de Reckitt, y Jesús López, Gerente Branding and Packaging de Lidl.

 

¿Cuál es el mayor reto que plantea el Reglamento para vuestras compañías?

Alejandra Navarro: el reto más grande lo tendremos en el punto de reciclabilidad. Sobre todo, porque el concepto y la tecnología van cambiando según la región, pero vamos por el buen camino.

Alberto Lozano: nos centramos en ampliar el porcentaje de reciclado, en ampliar la reciclabilidad de nuestros envases y promover la sostenibilidad. La función más importante que debería tener este reglamento es hacia el consumidor más que hacia las empresas. Las tres empresas estamos concienciadas pero necesitamos explicar al consumidor cómo hay que tratar el residuo y, sobre todo, contar con el apoyo de las instituciones para que se lleve a cabo ese reciclado.

Jesús López: nuestro reto es la reciclabilidad. Aquí necesitamos soluciones para determinados materiales, para determinados envases, unas soluciones que no crucen una línea roja, que es la calidad y vida útil del producto. Ahí nuestro compromiso es firme con la reducción del desperdicio alimentario.

¿Qué estrategias habéis definido para el cumplimiento de los requisitos marcados?

Jesús López: Lidl, como parte del grupo Schwarz, es un retail comprometido con la sostenibilidad. Ya en 2018 nos unimos a la fundación Ellen Mac Arthur y suscribimos la New Plastics Economy. Ahí nos marcamos unos objetivos que en muchos casos son más ambiciosos que el Reglamento Europeo o que el Real Decreto Español y esos objetivos los englobamos dentro de nuestra estrategia Reset Plastic. Por ejemplo, en cuanto a nivel de reducción de plástico, en 2025 vamos a conseguir un 30% menos de plástico respecto a 2017. Como parte del compromiso de reducir el desperdicio alimentario, envasamos lo estrictamente necesario en plástico. Estamos ya en más de un 40% de nuestro surtido a granel o con materiales alternativos.

Alejandra Navarro: en Rekit tenemos tres objetivos. De cara al 2025 nos hemos propuesto tener de promedio un 25% de PCR (plástico reciclado) en todos nuestros envases y embalajes, y en 2030 conseguir que todo nuestro packaging sea 100% reciclable o reutilizable. Y el tercer objetivo y más importante para mí porque cubre gran parte de nuestro trabajo es reducir nuestra huella de plástico virgen en un 50% en 20230. No es precisamente un objetivo de packaging, pero va de la mano de un objetivo global de la compañía, que es que en 2030 queremos que el 50% de nuestro net revenue venga de productos más sostenibles.

Alberto Lozano: en Suntory Global Spirits nos hemos propuesto reducir el 50% de nuestra huella de carbono en 2030 y también que todos nuestros envases sean 100% reciclables, según el nuevo reglamento, y que contengan un 40% de reciclado ese año y un 60% de reciclado, en 2040. Esto lo llevamos desarrollando desde hace tiempo, pero necesitamos ayuda. Necesitamos a nuestros proveedores, a nuestros consumidores y, como he dicho antes, el apoyo institucional es imprescindible.

¿Qué nivel de reciclabilidad habéis alcanzado en vuestros envases y qué acciones os estáis planteando para alcanzar el porcentaje que va a marcar el reglamento?

Jesús López: actualmente estamos en un 44% de reciclabilidad. Estamos pasando de films multicapa o envases compuestos de varios materiales a soluciones de packaging monomaterial. En reciclabilidad, desde 2019 estamos revisando todo el surtido para incrementar esa tasa de reciclabilidad. Por ejemplo, un hito que hemos conseguido es eliminar todo el plástico negro de nuestros envases para facilitar el reciclaje de ese plástico.

Alejandra Navarro: actualmente estamos un poco por encima del 70%, que es un buen porcentaje, pero aún estamos muy lejos de ese 100%. Las principales acciones que tenemos abiertas se enfocan sobre todo en los envases flexibles porque en este campo vemos oportunidades para innovar. También en las monodosis, por ser envases flexibles y por el tamaño que tienen.

Alberto Lozano: hemos llevado a cabo un estudio que arroja unos datos del 88% de reciclabilidad. Tenemos que seguir trabajando en otros aspectos, pero vamos acercándonos a ese objetivo de conseguir el 100% de reciclabilidad en 2030, que estamos convencidos que alcanzaremos. Para las marcas españolas como Dyc y Larios recientemente aprobamos en el laboratorio una pieza para conseguir una reciclabilidad total y estamos empezando a implantarla en nuestras líneas de embotellado. Esperamos poder decir antes de que acabe el año que nuestro whisky DYC y la ginebra Larios tienen un packaging 100% reciclable. Esto es un gran avance porque esta era una pieza bimaterial, dos polímeros, que en la separación de materiales se desechaba. No por tamaño, sino por la mezcla de polímeros. Esto va a hacer que, con el mismo tamaño, un solo polímero lo podamos recuperar y seamos 100% reciclables.

¿Cuáles son las asignaturas pendientes?

Alberto Lozano: creo que a nivel de empresas y cadena de suministro debemos comunicarnos mejor y unificar los criterios. Y, sobre todo, pido a las instituciones globales más apoyo. Además, debemos llevar a cabo un plan de concienciación porque los consumidores no conocen el 100% de los materiales o cómo se comportan, así como dónde se tienen que tirar para que puedan ser reciclables.

Alejandra López: muchas de las cosas que necesitamos hacer no las podemos hacer solos, necesitamos apoyo y necesitamos recursos.

Jesús López: que se fomente la investigación en materia de reciclabilidad, que también existan ayudas, incentivos a la empresa, especialmente a la pequeña y mediana empresa para cambiar maquinarias, para cambiar líneas de producción y adaptarse a nuevos materiales y a nuevos envases. Tenemos más clara la hoja de ruta y ahora tenemos que trabajar todos juntos: industria, retail y toda la cadena de suministro, incluida la administración. Tenemos que trabajar para conseguir esos objetivos y los nuevos que vendrán.

 

Cristina Benavides, colaboradora de Hispack